Transporte público: Usuarios indefensos y un servicio pésimo
No hay voz ciudadana en las decisiones, ni defensor del Pueblo para proteger derechos. Hace meses que no se reúne el órgano de control del transporte público.
“Me cansé de esperar que pase. Antes, por lo menos, la aplicación más o menos te daba margen para organizarte y calcular, pero ahora no sabés cuándo va a pasar, porque los domingos los incumplimientos son peores que en la semana”, confió una usuaria del colectivo a UNO. El calor y la falta de resguardo del rayo del sol que debió soportar en la parada ubicada en cercanías al barrio José Hernández deja en evidencia el problema estructural que atraviesa el servicio de transporte urbano de pasajeros desde hace tiempo. Y que sufren los pasajeros de los distintos rincones de la capital entrerriana.
El testimonio del malestar se repite a cientos o miles cada jornada. La Asamblea Ciudadana de Paraná había advertido días atrás las demoradas frecuencias de las unidades, incluso antes del reinicio del ciclo lectivo; hasta una hora demoran los colectivos en pasar un fin de semana por los barrios, se había admitido a UNO.
Desde el lunes pasado, en las calles se observaron algunas unidades más en la vía pública, pero fundamentalmente en los horarios pico. Sin embargo, a lo largo de la jornada y más aún los fines de semana, el padecimiento continúa.
No hay información oficial acerca del grado de cumplimiento por parte de las empresas concesionarias Mariano Moreno y ERSA, de los tiempos de cobertura en los distintos horarios del día. Tampoco si el municipio interpuso intimaciones. Se desconoce también de qué modo se está verificando el funcionamiento del servicio –si es solo con inspectores en las calles–, y por qué no es de acceso público la información.
Los problemas de falta de frecuencias y unidades resulta el principal motivo de queja de los usuarios. Con tantos años de permanente deterioro de la calidad del servicio, planteos como la falta de garitas o de limpieza de las unidades van quedando relegados a expensas de reclamar lo mínimo: que el colectivo pase a horario.
Los horarios de paso de unidades ya reconocidos en los barrios por los usuarios, o que figuran en las planillas, es común que no se cumplan, particularmente fuera de los horarios pico de ingreso o egreso de las escuelas, de la actividad comercial y de la administración pública.
Desde hace más de un mes, la aplicación “Cuándo llega”, está fuera de servicio. El sistema informático permitía, ante tanto incumplimiento, al menos saber cuántos minutos faltaban para que pase la unidad por determinada parada. Pero no está disponible.
Funcionarios de Transporte de la Municipalidad, consultados por UNO, indicaron que el sistema está a cargo de una empresa que presta ese servicio en más de una veintena de localidades del país.
Debido al hackeo que sufrió semanas atrás la empresa de geolocalización responsable del servidor, resultaron afectadas ciudades como Córdoba, Rosario, Mar del Plata, Santa Fe, San Luis, Pergamino, Corrientes, San Juan, Neuquén, Bariloche, entre otros. En varias de ellas ya se reanudó, aunque parcialmente, la prestación. En Paraná aún no.
El testimonio del malestar se repite a cientos o miles cada jornada. La Asamblea Ciudadana de Paraná había advertido días atrás las demoradas frecuencias de las unidades, incluso antes del reinicio del ciclo lectivo; hasta una hora demoran los colectivos en pasar un fin de semana por los barrios, se había admitido a UNO.
Desde el lunes pasado, en las calles se observaron algunas unidades más en la vía pública, pero fundamentalmente en los horarios pico. Sin embargo, a lo largo de la jornada y más aún los fines de semana, el padecimiento continúa.
No hay información oficial acerca del grado de cumplimiento por parte de las empresas concesionarias Mariano Moreno y ERSA, de los tiempos de cobertura en los distintos horarios del día. Tampoco si el municipio interpuso intimaciones. Se desconoce también de qué modo se está verificando el funcionamiento del servicio –si es solo con inspectores en las calles–, y por qué no es de acceso público la información.
Los problemas de falta de frecuencias y unidades resulta el principal motivo de queja de los usuarios. Con tantos años de permanente deterioro de la calidad del servicio, planteos como la falta de garitas o de limpieza de las unidades van quedando relegados a expensas de reclamar lo mínimo: que el colectivo pase a horario.
Los horarios de paso de unidades ya reconocidos en los barrios por los usuarios, o que figuran en las planillas, es común que no se cumplan, particularmente fuera de los horarios pico de ingreso o egreso de las escuelas, de la actividad comercial y de la administración pública.
Desde hace más de un mes, la aplicación “Cuándo llega”, está fuera de servicio. El sistema informático permitía, ante tanto incumplimiento, al menos saber cuántos minutos faltaban para que pase la unidad por determinada parada. Pero no está disponible.
Funcionarios de Transporte de la Municipalidad, consultados por UNO, indicaron que el sistema está a cargo de una empresa que presta ese servicio en más de una veintena de localidades del país.
Debido al hackeo que sufrió semanas atrás la empresa de geolocalización responsable del servidor, resultaron afectadas ciudades como Córdoba, Rosario, Mar del Plata, Santa Fe, San Luis, Pergamino, Corrientes, San Juan, Neuquén, Bariloche, entre otros. En varias de ellas ya se reanudó, aunque parcialmente, la prestación. En Paraná aún no.
Silenciados
A UNO se informó que los reclamos de los usuarios se pueden seguir haciendo en las oficinas de la Dirección de Transporte de la Municipalidad. Pero en realidad, los pasajeros han perdido también los canales institucionales para hacer oír y visibilizar sus reclamos.El Órgano de Control del Sistema Integrado de Transporte Urbano (SITU) no funciona desde hace varios meses, ya desde la anterior gestión municipal. En la actualidad, pese a que las nuevas autoridades del Concejo Deliberante asumieron en diciembre, el organismo no está conformado, o por lo menos nunca fue convocado a debatir y analizar la situación del servicio, porque los usuarios –y su padecimiento– no se tomaron vacaciones. Se deben constituir, además de con ediles de los distintos bloques, con funcionarios del Ejecutivo, empresarios, especialista en costos, el gremio de UTA y la Defensoría del Pueblo.
Creado con el propósito de evaluar, debatir y definir medidas para el mejoramiento del servicio, ese órgano de control quedó reducido a la tarea de resolver el porcentaje de suba del boleto, ante las presentaciones de las empresas.
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