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El nuevo valor que rige desde la hora 0 es de 21 pesos con la SUBE para el traslado entre las estaciones de ómnibus de ambas capitales provinciales. El resto del cuadro tarifario se compone con los servicios desde la terminal de Paraná hasta el cruce de rutas provincial 1 y nacional 168, a 16,20 pesos, y hasta la isla Berduc, 14 pesos; en tanto que desde Santa Fe hasta isla Berduc es de 16,20 pesos, y hasta el cruce de rutas 1 y 168, 14 pesos.
El nuevo aumento habilitado por el gobierno nacional es el quinto en lo que va del año: en enero el costo del pasaje era de 11,50 pesos; en febrero subió a 15,50 pesos; desde abril, el boleto se elevó a 17,20 pesos; y a partir del 1 de junio, pasó a costar 19,10 pesos.
El acumulado en solo ocho meses trepó a un 82%, un brutal aumento que golpea fundamentalmente a trabajadores y a la comunidad universitaria: solo para estudiar en alguna de las facultades de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), la cifra de estudiantes que utilizan el servicio ronda los 2.000, según un relevamiento que había realizado la Federación Universitaria del Litoral (FUL), con datos confirmados a UNO.Una cifra menor, aunque no menos significativa, comprende a jóvenes santafesinos que se acercan a Paraná a cursar estudios superiores en facultades de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader).
Alrededor de un 60% de los viajeros son estudiantes, mientras que el resto se corresponde con trabajadores en relación de dependencia, e independientes. Se estima que en promedio se movilizan cada día hábil casi 8.000 pasajeros.
Anoche, presidentes de centros de estudiantes de la vecina ciudad estaban reunidos para definir pasos a seguir, ante el nuevo incremento, según adelantó a UNO el titular de la FUL, Guillermo Ferrero.
Mientras suben las tarifas, los problemas de larga data en torno al servicio concesionado por el gobierno nacional, no han mejorado. Largas esperas, con usuarios haciendo filas de hasta 300 metros en determinados días y horarios pico para poder subir a una unidad, es la visible de un sistema que no ha dado respuestas ante la situación planteada en abril de 2013, cuando la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) obligó a que el servicio se preste con pasajeros sentados. La creciente demanda nunca pudo ser satisfecha.
A eso se suman el incumplimiento de las frecuencias, el salteo de horarios en las paradas universitarias que dejan muchos usuarios a pie o llegando tarde.
A principios de junio, la Defensoría del Pueblo de ambas ciudades, acompañados por representantes estudiantiles viajaron a Buenos Aires, y mantuvieron una reunión con autoridades del Ministerio de Transporte de la Nación, a cargo de Guillermo Dietrich. A más de dos meses, no hubo cambios.
El único avance en los últimos días fue el incremento del servicio de rondines, después de las 18, que ingresan a La Ciudad Universitaria, en Santa Fe. La medida rige desde el pasado 6 de agosto, a cargo de la firma Etacer, para atender la mayor demanda en ese horario; mientras tanto, la FUL insistió a las autoridades de la empresa y a la CNRT, un servicio similar para la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, en los horarios de mayor confluencia, para preservar la seguridad del estudiantado.
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