Santiago del estero
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La empresa fue sancionada por la Municipalidad por infracciones de diversa envergadura y por causas diversas; el monto de lo adeudado sería varias veces millonario, pero además el servicio es calamitoso y genera malestar en los vecinos.
SOCIEDAD
14/11/2018
La Dirección de Tránsito y Transporte Urbano de la Municipalidad de la ciudad Capital ha informado que, en ejercicio de las atribuciones y deberes que le competen como autoridad de control, aplicó a la empresa ERSA Urbano SA más de 2.500 multas por infracciones de distinta índole y envergadura, las que han sido remitidas para intervención del Tribunal de Faltas Municipal. Estas se fundan en la deficiente o insuficiente prestación del servicio (por ejemplo: mal estado de los colectivos, modificación de recorridos o frecuencias, violación a las leyes de tránsito que rigen en la ciudad, etc.), llegando hasta la suspensión sin justa causa de la prestación con manifiesto perjuicio a los usuarios y a la comunidad en general, debido a conflictos salariales con sus choferes, lo cual es un problema interno de la empresa totalmente ajeno al Municipio.
Lo informado por el organismo municipal no hace más que mostrar la verdadera dimensión del accionar irresponsable de la empresa como prestararia de un servicio público que ha precarizado al límite de poner en riesgo la vida de pasajeros en más del 80 por ciento de los corredores de la ciudad. Desde incendios “espontáneos” de las unidades, rotura de pisos internos, hasta el incumplimiento de las frecuencias como norma y no como excepción.
Más de 2.500 multas ya obran en poder de la Justicia de Faltas, que determinará los montos y plazos de ejecución de lo que sería una varias veces millonaria deuda de la empresa para con el Estado municipal por incumplimientos a la Ley Nacional de Tránsito, a los términos de la concesión del servicio y a la Ley Nacional de Tránsito en vigor.
Un problema crónico
Desde hace más de dos años, y consta en los archivos, Nuevo Diario viene denunciando el irresponsable accionar de ERSA con la vocación de defender los intereses de los vecinos, más de 100 mil por día, que innumerables veces fueron tomados como “rehenes” en el marco de los conflictos de la empresa con sus empleados.
Miles de usuarios del servicio de transporte público de pasajeros no pudieron (ni pueden) cobrar presentismo por el incumplimiento de las frecuencias o los sorpresivos paros que avasallan sus derechos.
Otros tantos deben soportar el destrato y la falta de mantenimiento de las unidades para desplazarse por la ciudad: ERSA retiró de los corredores de Santiago las unidades “relativamente” en condiciones para sembrar de “chatarra” importada de otras provincias las calles de la ciudad. Hasta los vehículos adaptados se llevaron a otros destinos, en un incumplimiento gravoso de lo pactado con el Municipio en oportunidad del último aumento del boleto.
La pregunta es cuál es el resarcimiento que la empresa debe a cada uno de los damnificados por sus incumplimientos. ¿Quién cuantifica el daño?
La Justicia tiene ahora la palabra y deberá dimensionar todas y cada una de las multas labradas a la empresa, para establecer la cuantía de lo que debe pagar por su irresponsabilidad en el desarrollo de un servicio público que ha degradado sin trepidar.
Y es lógico preguntar una vez más adónde fueron los millones y millones subsidiados por la Nación y hablar, de una vez por todas, del riesgo de financiar la oferta sin ningún tipo de garantía sobre el destino final de los fondos.
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