Ante la seguidilla de asaltos a colectiveros en Córdoba, con algunos episodios muy violentos, el gremio está en alerta.
Se denuncian dos delitos por semana.
Las empresas comenzaron una prueba piloto con la incorporación de cámaras.
Cada semana, en promedio, ladrones generalmente jóvenes cometen dos asaltos contra choferes de colectivos en la ciudad de Córdoba. En rigor de verdad, son los hechos que se denuncian, porque robos o agresiones hay muchos más. Los ataques se registran principalmente los fines de semana entre la medianoche y las 4 de la madrugada: el horario crítico. Las zonas más riesgosas están distribuidas en distintos puntos de la Capital, pero en su mayoría en la periferia. Los ladrones cada vez actúan con más violencia porque sí y muchos relacionan estas conductas con el consumo de drogas.
Este es, básicamente, el cuadro de situación delictiva trazado por los conductores de colectivos y que afecta al transporte urbano de pasajeros de Córdoba.
Desde el gremio de los choferes (Unión Tranviarios Automotor, UTA), afirman que, si bien los ómnibus cuentan con botón antipánico y equipo de GPS (posicionamiento satelital), no alcanza. Reclaman, por un lado, la incorporación de cámaras de monitoreo para más seguridad en las unidades, sobre todo a la noche. Por otro lado, piden que las reuniones con la Policía sean más periódicas y se cree un protocolo.
Otro gran reclamo es la creación de cabinas cerradas para los choferes, como sucede con los trolebuses. Sin embargo, hay un problema: como los ómnibus adquiridos tienen los motores adelante, es inviable por seguridad.
En la ciudad de Córdoba, ya hay colectivos que están operando con cámaras de seguridad ocultas dentro de las cabinas. El plan es piloto y se desarrolla en la firma Coniferal. Eso sí, las filmadoras graban, pero no son usadas para monitoreo en tiempo real, algo que reclaman desde el gremio de los choferes.
“En Córdoba se da siempre el mismo problema: hay un asalto que sale en los medios y aparece la Policía. Luego, el tema de desinfla, la Policía desaparece y volvemos a lo mismo”, se quejó el abogado Enrique Dibo, consultor en transporte público y exasesor del gremio de UTA.
“Falta una política en serio de seguridad, con reuniones periódicas, la creación de un protocolo y el monitoreo con cámaras y en tiempo real”, expresó.
Para Dibo, se debe elaborar un mapa donde analicen horas y lugares críticos y metodologías delictivas.
Zonas críticas
Hace pocos días se conoció un violento ataque contra un chofer de la empresa Ersa en barrio Parque República, que se extendió por las redes con el rostro del colectivero cubierto de sangre, lo que motivó que los conductores se pusieran en alerta.
Días antes, en Parque Chacabuco, otro chofer había sido asaltado, y los ladrones se burlaron: “Estos maricones después lloran cuando les pegás un tiro”.
Tras otro episodio en barrio Yapeyú, los conductores anunciaron que no iban a entrar más a la barriada. Ante esto, la Policía decidió implementar un plan de emergencia: uniformados motorizados acompañan a cada unidad al entrar o al salir de Yapeyú. Ese esquema ya se empezó a flexibilizar en los últimos días.
Los cuerpos de delegados ya avisaron: si se comete un hecho grave, habrá paro de transporte.
Desde el sector de los choferes aseguran que, en promedio, se cometen entre nueve y 10 asaltos graves por mes, sumando las empresas Coniferal, Ersa y Aucor.
“También se dan hechos que no se denuncian porque es una pérdida de tiempo. Y esos casos no entran en la estadística. Sin contar que hay agresiones a las trolebuseras”, remarcó Dibo, quien insiste en la creación de una mesa permanente para tratar la inseguridad en el transporte.
Para el abogado, la implementación de botones antipánico en ómnibus no alcanza. “Es un elemento que sirve cuando el robo se está consumando o se consumó. Hay que actuar en lo previo”, manifestó.
Zonas difíciles
Si bien prácticamente no hay lugares en la ciudad de Córdoba donde no se hayan cometido asaltos contra choferes, hay zonas que se han tornado más complejas y que son usadas por ciertos delincuentes.
En UTA afirman que los sectores más difíciles son barrio Policial, Ituzaingó, Ferreyra, Villa Cornú, San Roque, Estación Flores, Villa Unión, Yapeyú, Ciudad Evita, Ciudad de mis Sueños, Yofre, General Mosconi, General Sabio, Parque Liceo 3ª Sección, Juan Pablo II, Ciudad de los Cuartetos, Villa El Libertador, Mirizzi, Cabildo, Santa Isabel, Pedro Nolasco, Parque Futura, Sol Naciente, Miralta, San Vicente y Fragueiro.
Los asaltos se cometen en pocos minutos: los ladrones ascienden como pasajeros en una parada, encañonan a los conductores y les sustraen celulares y billeteras. Hubo casos en los cuales les sustrajeron ropa y calzado.
Varios han sufrido golpes, como trompadas o culatazos de armas.
Si la situación lo permite, los ladrones encañonan a los pasajeros y los despojan de sus pertenencias de valor en minutos. Los delincuentes saben que un golpe delictivo debe ser rápido: subir, “apretar” y huir antes de que aparezca el primer móvil.
Si bien los robos se dan en cualquier momento del día, la noche y madrugada siguen siendo complicados, principalmente en zonas alejadas.
Cabinas y cámaras
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